“El que se humilla será enaltecido”
El Dios justo atiende los gritos del pobre
De la oración de los pobres se ocupa el texto del Eclesiástico revelando que las súplicas de los oprimidos y los gritos de los pobres alcanzan a Dios, el cual no desoye los gritos del huérfano ni de la viuda, y así seguirá mostrando su justicia, actuando a favor del pobre que suplica y compadeciéndose del humilde e indigente. Esta lectura proclama que Dios es justo, pero su justicia no es imparcialidad contra el pobre, sino misericordia con las personas en cualquier estado de pobreza y de dolor. De esta manera desvela y revela una nueva justicia, la divina, que, por amor a los que sufren, se convierte en salvación para los oprimidos, huérfanos, viudas y forasteros, paradigmas de los pobres en el Antiguo Testamento.



















